El 16 de septiembre de 1945 nació Tanguito, uno de los
fundadores del rock argentino, coautor del hit “La balsa”, que
grabaron Los Gatos en 1967. También fue el compositor de temas
como “Amor de primavera” y “Natural”.
La vida de José Alberto Iglesias, más conocido por su nombre
artístico de Tanguito (o también como Ramsés o Tango, a secas)
posee todos los elementos para convertirlo en leyenda: un talento
innato, gran carisma, muy pocas grabaciones, infinidad de
anécdotas pintorescas, una fuerte adicción a las drogas y una
muerte joven rodeada de misterio.
Nació en Caseros, donde comenzaron a llamarlo “Tanguito”
cuando era un adolescente que le gustaba bailar rock and roll. En
broma le decían “Bailate un tanguito” y él respondía improvisando
unos pasitos de rock. Así nació el apodo.
Grabó dos singles con un grupo llamado The Dukes, pero no
tuvieron éxito. En 1968, tras el éxito de “La balsa”, grabó un
simple con dos temas: “La princesa dorada” con letra de Pipo
Lernoud, y “El hombre restante” escrito con Javier Martínez, de
Manal. Pero tampoco consiguieron repercusión alguna.
En 1970, el famoso sello Mandioca editó un simple suyo con los
temas “La balsa” y “Amor de primavera”, además de incluir
“Natural” en el compilado “Pidamos peras a Mandioca”.
Su único álbum oficial apareció un año después de su trágico
final: el 19 de mayo de 1972 fue hallado muerto al costado de las
vías del tren, cerca de Puente Pacífico, a metros de la avenida Juan
B. Justo a la altura de la calle Demaría. Nunca se supo si fue un
accidente o si lo empujó la policía, que lo asediaba y
periódicamente lo llevaba preso.
Ese disco había sido grabado en los Estudios TNT en la época de
los simples de Mandioca y solo se escucha su voz y guitarra, con
vistas a completarlo más adelante con otros músicos. Como rareza,
se escucha la voz de Javier Martínez, que lo incita a tocar “La
balsa”. El sonido es crudo y despojado, pero permite vislumbrar la
originalidad, inspiración y belleza de su talento.
Tanguito perteneció a ese puñado de músicos que a fines de los
años ’60 comenzaron a componer canciones en castellano que
reflejaban lo que le pasaba, y por extensión, lo que le pasaba a
muchos jóvenes. Hoy parece una obviedad, pero en esa época no
lo era. Su rasgo distintivo era su manera de frasear y tararear, y un
poderoso rasguido de la guitarra.
Las canciones de Tanguito siguen maravillando a nuevas
generaciones de músicos, que aún hoy redescubren su magia, tal
como le sucedió al propio Luis Alberto Spinetta, que grabó “Amor
de primavera” con Invisible y la incluyó en el concierto de Las Bandas Eternas en 2009.