Jesús Antonio Mereles, condenado a prisión perpetua por la violación y el femicidio de una joven sanjuanina, ocurrido en 2003, fue detenido por personal de la Brigada de Investigaciones de Cipolletti este martes en Catriel. La Corte Suprema de Justicia había confirmado su condena, pero el violador y asesino de Antonia de los Ángeles Brizuela desapareció de un día para otro y ya no lo pudieron encontrar más.
Desde entonces, pasaron muchos años. El peligroso femicida rearmó su vida con otra pareja y hasta se trajo a sus padres y hermanos de San Juan a vivir a Catriel. Encontró trabajo en una empresa petrolera y siguió su vida, como si el hecho por el cual fue acusado y condenado jamás lo hubiese cometido él.
Sin embargo, la buena vida que gozó el violador y femicida por largos años se le terminó este lunes. Personal de la Brigada de Investigaciones de Cipolletti le seguía los pasos hacía aproximadamente un mes y medio; y esta mañana logró su detención.
«En 2015 ingresa a Catriel a trabajar para una empresa petrolera. Era el clásico petroka, con un buen poder adquisitivo, de 180 mil pesos por mes. Se cambiaba de casa cada tanto y, por eso, esperamos encontrarlo en la vía pública para detenerlo», confiaron fuentes con acceso a la investigación.
Se informó que la detención del femicida condenado se concretó en la calle Alaska, entre Haití y Nicaragua. «No se resistió», agregaron las fuentes consultadas.
Pocos días atrás había presentado la renuncia laboral tras sufrir el fallecimiento de un familiar, y la Policía sospecha que el condenado tenía previsto mudarse a otra localidad. «Lo importante es que sacamos a un chacal de la calle. Sumiso, amable, típico del violador», indicó el personal que también trabajó a fondo sobre el temido Antonio Zapata, más conocido como “el criminal de las rutas” por los violentos delitos que cometió con idéntica modalidad en la región.
Personal vestido de civil ubicó al violador y femicida Mereles mientras caminaba solo, en un sector que la gente del lugar llama «la cancha del pozón». «No había cambiado para nada su identidad», revelaron las fuentes.
El hecho por el cual estaba condenado
La violación y el asesinato de Antonia ocurrió el 31 de mayo de 2003, en Villa Media Agua, provincia de San Juan, cuando la víctima tenía apenas 17 años. Los medios locales revelan que fue un boliche, a la salida le pidió a un conocido que la acompañe a su casa y ese hombre, lejos de ayudarla, la sentenció a muerte.
Fabio Menéndez, junto a Jesús Antonio Mereles, Carlos Alberto Arredondo y otro muchacho, al que señalaron como Carlos Andrés Baigorria, tramaron un plan siniestro para violarla camino a su casa. Se cree que se turnaron para abusar de ella.
Totalmente indefensa y desvanecida producto de la brutalidad que sufrió su cuerpo, luego la tiraron a una canal y falleció ahogada. La encontraron varios días después. Más precisamente, el 9 de junio de 2003.
Una nena que salió de su casa para buscar leña se cayó al canal donde habían arrojado el cuerpo de Antonia, y al intentar salir de ahí, vio entre la basura el cadáver de la joven. Le avisó a sus padres y, luego, la Policía tomó conocimiento del macabro hallazgo.
El único que terminó preso en ese momento fue el femicida prófugo de la Justicia. Menéndez cayó varios años después; y Arredondo, el otro implicado, al final declaró como testigo. Relató como Mereles y Menéndez violaron y asesinaron a la joven Antonia.
En noviembre de 2012, fueron juzgados y condenados a prisión perpetua por violación y femicidio. Menéndez quedó preso, no así Mereles. Fue beneficiado con la libertad hasta que quedó firme la sentencia. Y se perdió de vista. Cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó el fallo, al violador y femicida condenado ya no lo pudieron encontrar.(LMC)