Los apostadores del Telekino hicieron a mediados de marzo su jugada para el sorteo 1457 llenos de esperanza, como cada domingo. El premio era muy tentador: más de 50 millones de pesos, dos casas, cuatro autos y tres viajes para cuatro personas. Pero la historia es conocida: se decretó la cuarentena, el país se detuvo, y ese Telekino no se pudo sortear hasta mediados de agosto, con el regreso al trabajo de las agencias. El 16 de agosto, finalmente, todo volvió a la normalidad. Y con una yapa. Hubo un apostador que acertó los quince números y se ganó el pozo de 53.129.344 pesos más los premios extra. ¡Pero nunca se enteró!
Pese a la campa realizada en los medios, y al pedido de los agencieros en los que se jugó la boleta, en Pilar, provincia de Buenos Aires, para que todos los habituales clientes revisen bien sus «viejas» boletas de marzo, el afortunado nunca apareció.
Este lunes venció el plazo para que se presente el ganador, por lo que el premio no terminará en sus manos si es que, en un nuevo giro del destino, se llega a avivar tarde de que se había ganado un premio que podía cambiarle la vida a él y a su familia.
La boleta con los números 2, 3, 5, 6, 8, 9, 11, 15, 16, 17, 20, 21, 22, 23 y 25 quedará en la historia. Se jugó en el local ubicado en San Martín 124, en Pilar, y luego del sorteo los dueños del local empezaron a tener sus primeros temores: ningún cliente habitual se presentó a agradecerles ese regalo de la vida y reclamar el premio del Telekino. Y como era un sorteo inusual, realizado cinco meses después de haberse jugado las boletas, temían lo peor.
La agencia de Pilar les pidió a sus apostadores que revisen sus boletas del Telekino del sorteo del 16 de agosto. Pero nunca apareció el ganador.
Y lo peor pasó. «Este cartón se vendió entre el lunes y el jueves de la semana previa al 20 de marzo, que se cerró todo por la cuarentena. Entonces, nuestro miedo con mi socio es que la persona no se entere de que el sorteo volvió este domingo», dijo Ramón Ezcurra, uno de los propietarios de la agencia.
La compra de los cupones se realiza de manera anónima, por lo que no se cuenta con ningún dato de la persona que obtuvo el boleto ganador. A veces ocurre que un apostador sigue una misma boleta en una agencia amiga, por lo que sí se puede tener el dato del ganador. Pero esta vez no pasó. Y lo que era una ayuda de la diosa fortuna se convirtió en una desgracia para el apostador, que puede no estar enterado o no haber encontrado la boleta ganadora.
El lunes se cumplieron los plazos de 15 días hábiles para presentarse y reclamar el premio. Ya no hay vuelta atrás. Pero sí un afortunado que nunca supo que lo fue. Y que ojalá nunca se entere.