
Un padre enfurecido porque su hijo no jugaba de titular, irrumpió en la cancha, insultó y golpeó al entrenador frente a los niños del equipo. Con una trompada en el rostro y una amenaza escalofriante, el ataque llegó a la Justicia, que solucionó el caso con un pago de 10 mil pesos y una prohibición de acercamiento.
Era la tarde del 2 de febrero de 2023, alrededor de las 19:20, cuando la calma en el predio deportivo de La Habana y Avenida Libertad se rompió de forma abrupta. En medio del entrenamiento, un hombre de 36 años, padre de uno de los jugadores, irrumpió en el campo.
En un estado de furia, empezó a increpar al técnico por no incluir a su hijo en el equipo titular. El reclamo se convirtió en agresión física: primero, un empujón que lo derribó al suelo; luego, un golpe certero en el rostro que le provocó una lesión en la comisura de la boca.
Antes de retirarse, lanzó una amenaza directa: «Los voy a hacer cagar, cuando me los cruce los voy a cagar a trompadas”.
El violento fue acusado por lesiones leves, pero en julio obtuvo una suspensión de juicio a prueba con condiciones específicas.
Por propuesta de su defensa, aceptó pagar $10.000 a la víctima y cumplir restricciones: fijar domicilio, presentarse trimestralmente en la comisaría, evitar el consumo de drogas y alcohol en la vía pública y no reincidir en delitos.
La fiscal Andrea Bolognese y la querellante Stella Maris Braco avalaron el acuerdo, que la jueza María Agustina Bagniole formalizó.
Tras cumplir el plazo y las condiciones, la defensa del acusado solicitó su sobreseimiento definitivo. Sin objeciones de la Fiscalía, la jueza cerró el proceso, declarando que «no afecta el buen nombre y honor que pudiera gozar” el agresor, en línea con el Código Penal.