El confinamiento obligatorio y el avance de las tecnologías de la información se combinaron en contra de la visión de los más chicos, que cada día consultan más a los oftalmólogos neuquinos al presentar síntomas tempranos de dificultades de miopía. Con cada vez más horas expuestos a las pantallas, son muchos los que sufren dolores de cabeza, ardor en los ojos o dificultad para enfocar la vista, por lo que los profesionales aconsejan reducir, sobre todo, el uso de los teléfonos en horario nocturno
«Durante el periodo pos pandémico y actualmente se notó un aumento de la miopía y del astigmatismo en forma exponencial», afirmó Anabel Larrañaga, presidente de la Sociedad de Oftalmología de Neuquén (SON) sobre un fenómeno que se da en la provincia pero que responde a una tendencia mundial a partir del incremento en el uso de las pantallas.
Si bien existe entre algunos niños la predisposición genética a desarrollar este tipo de afecciones, el uso cada vez más frecuente de los dispositivos electrónicos también acelera los procesos que complican la salud visual. «Desde que comenzó la pandemia antes y después también por que es un fenómeno que ocurre en todo el mundo en esta generación la utilización de celulares se ha incrementado en más de un 100%», relató la profesional.
«Por lo que hablo con los padres, es muy difícil poner límites para que se desconecten del teléfono en las horas nocturna y es difícil que no los utilicen porque hoy los jóvenes se comunican, buscan en información inclusive forman su personalidad en base al teléfono celular», dijo la médica y agregó: «Es como una nueva educación y esto ha generado muchos problemas visuales, por lo que se va a incrementar la miopía en todos los países del mundo».
Atentos a esta nueva realidad, y con una oferta cada vez más atractiva de plataformas que proponen un uso más extendido del celular, desde la SON aconsejan fomentar entre los más chicos las actividades recreativas al aire libre en horario diurno. «Algunas formas de evitar que la miopía avance son la exposición al sol, las actividades diurnas y algunos deportes como el tenis, el remo y el trekking», detalló Larrañaga. Por otra parte, aconsejan siempre reducir el uso de las pantallas, y en los casos más extremos, recurrir a drogas específicas como la atropina, para combatir las miopías progresivas.
«Las principales consultas son por controles oftalmológicos para determinar si el niño ve normal o si requiere anteojos para su corrección, también por dolores de cabeza por posiciones anómalas al mirar la computadora, ardor ocular mala visión inflamación de los párpados», dijo la profesional.
Larrañaga detalló cuáles son las primeras señales que se pueden observar en los niños y que deben motivar a sus padres a llevarlos a una consulta oftalmológica. «Las primeras señales de alarma son que entre cierren los ojos para poder ver que se acerquen mucho a las pantallas o al celular. También la inflamación o enrojecimiento ocular sequedad ocular, retraso escolar con respecto al grupo con el que concurren, sueño, dolor de cabeza y dolor ocular», sostuvo.
Aunque históricamente se pensaba que conseguir un turno con un especialista en esta disciplina era una tarea imposible, desde la SON detallaron que ya trabajan unos 80 oftalmólogos en Neuquén. Sin embargo, Larrañaga afirmó que son pocos los que se dedican a la población infantil, ya que la demanda de atención suele ser más baja y es incluso menos rentable para los profesionales.((LMN))