se cumplieron 9 años del crimen que puso fin a la breve gestión de «El Gringo». Su discurso de asunción, las fotos y la agenda al frente del gobierno provincial.

Carlos Ernesto Soria tenía claro su objetivo: Ser gobernador de Río Negro. A su ascendente carrera política solo le faltaba esa estrella.
Había sido ministro de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires, nombrado por Eduardo Duhalde en octubre de 1999. Luego fue diputado nacional también por esa provincia. Con la renuncia de Fernando De la Rúa a la presidencia en 2001, Soria fue convocado como titular de la SIDE de Duhalde, cargo al que renunció en el mes de julio del año 2002, luego de ser investigado por los asesinatos de Kosteki y Santillán.
Quería ser gobernador: En 2003, fue candidato enfrentando a Miguel Saiz y fue derrotado. Se presentó como candidato a intendente de Roca en 2003 y ganó dos veces consecutivas.
Por fin, el 25 de Septiembre de 2011, las urnas consagraron su objetivo y llegó el triunfo peronista que ponía fin a los gobiernos radicales en Río Negro, ininterrumpidos desde 1983.
En pleno auge del kirchnerismo, le sacó 14 puntos de ventaja al radical César Barbeito y asumió la gobernación el 10 de diciembre de 2011.
Un breve gobierno de luces y sombras
Discurso de asunción en la Legislatura de Río Negro
En su discurso de asunción ante la Legislatura provincial, Carlos Soria aseguró que no iba a protagonizar “un gobierno autoritario”. Buscaba dejar en claro que no lo movía la venganza hacia sus predecesores, tras meses de campaña en las que remarcó su misión de “limpiar” de “ñoquis y corruptos” la provincia, y en particular, Viedma.
20 días más tarde, el 30 de diciembre, aprobó el pase a disponibilidad de más de 20.000 empleados públicos, bajo la justificación de que se trataba de «ñoquis».
En el mismo discurso de asunción anunció que el delito de corrupción sería considerado como “traición a la Patria” prometiendo investigar los casos resonantes de las últimas administraciones radicales “con la Ley y la Justicia”.
En sus primeros anuncios estableció bajar de 397 funcionarios políticos a 147: “Serán pocos, ganarán bien y trabajarán mucho”, sentenció.
Inauguraciones, juras y polémicas
La actividad de Soria comenzó con una intensa agenda. El día 11 de diciembre, tomó juramento de nuevos jefes de Policía y también dio inicio a la temporada de verano en Las Grutas.
El lunes 12 fue el primer día “oficial” de trabajo del flamante mandatario: Llegó al emblemático edificio de Casa de Gobierno ubicado en Laprida 212 de Viedma acompañado por Hugo Lastra,secretario general de la gobernación.
Ingresó al edificio y recorrió todas las oficinas, tras pasar por su despacho: Fue a la Secretaría General, a la Secretaría de Medios, preguntando a su paso quiénes eran aquellos empleados que no conocía. Saludó a algunas personas en la fuente interna del edificio y siguió su recorrido por Ceremonial y Protocolo, saludando también a los mozos en su paso por la cocina.
Tras pasar por las oficinas de Municipios y Comisiones de Fomento, mantuvo una breve reunión con su Ministro de Gobierno, Edgardo Bagli. Luego, por primera vez en forma oficial, ingresó a su despacho.
Primera resolución, que marcaba un estilo: Prohibió las puertas cerradas. Todas las oficinas deberían mantenerse abiertas.
En la misma línea, aunque enfatizando aún más las dudas respecto a los anteriores moradores del edificio, determinó trasladar las computadoras de los diferentes despachos a Altec, la empresa provincial de tecnología, para peritar su contenido.
“La gente que vino no tenía ni idea” recuerda un empleado de esa época.
El mismo testimonio da cuenta que el destrato respecto a anteriores funcionarios radicales se había trasladado a los trabajadores de Casa de Gobierno: “Pensaban que todos éramos Barbeito, que todos éramos funcionarios millonarios… y nos trataban muy mal”, sintetiza. Eso, sumado a la inexperiencia en la gestión de los nuevos funcionarios peronistas, hacía que cada iniciativa fuera muy difícil de llevar adelante. “Boludeaban a los mozos, a los chicos que hacían cadetería… y en definitiva no podían ni mover un expediente”, recuerda.
Las malas noticias comenzaban a llegar para los empleados que estaban en condición de contratados: Los contratos no serían renovados para 2012. Cientos y cientos de trabajadores sabían que comenzarían el año en condición de desocupados. En tanto, avanzaba el proyecto de Ley de Transparencia del Empleo Público, que quedó en la memoria como “ley de disponibilidad”.
En los círculos chicos del gobernador se manejaba una hipótesis clara: Preferían tener un año de protestas en las calles de Viedma, ya que ese sería el costo de un enorme ahorro para Estado provincial que sería volcado a la gestión.
Así, planeaba Soria, lograría retener la gobernación y podría pensar en un segundo mandato. “Iba a tener tres años sin déficit, con guita”, aseguran.
La otra determinación polémica que impulsaba Soria también pretendía sumar recursos a las arcas provinciales: El flamante gobernador ya había manifestado sus intenciones de impulsar la minería de oro a cielo abierto y con cianuro.
Los últimos días, con reposo y anuncio de cronograma
El tramo final de las gestiones públicas pueden establecerse el 16 de diciembre de 2011, cuando el Gobernador Carlos Soria inauguró las rotondas de acceso a San Antonio Oeste.
Cuatro días después, Soria tuvo que guardar reposo por un cuadro gripal que oficialmente se explicó que fue motivado en ese viaje a la costa: “El mandatario sufrió los efectos de haber permanecido un prolongado período de tiempo al sol durante el acto de inauguración de una rotonda en San Antonio Oeste, el viernes pasado” indicaron.
El 17 de diciembre declaró asuetos parciales para la administración pública para el viernes 23 y el 30, a partir del mediodía.
El 19 de diciembre estableció que el secretario de Información y Coordinación de Río Negro, Julián Goinhex, fuera designado como el nuevo presidente del directorio de la empresa Radio y Televisión de Río Negro Canal 10. Otras polémicas se desatarían a partir de esta decisión, con despidos y acusaciones de persecución incluídas.
El 21 de Diciembre envió el proyecto de Ley mediante el cual la Agencia de Recaudación Tributaria de la Provincia de Río Negro pasaría a ser una entidad autárquica bajo la supervisión del Ministerio de Hacienda, Obras y Servicios Públicos, con rango de Secretaría de Estado. El 23 presidió el egreso de 40 cadetes de la Escuela de Policía.
Su última actividad pública registrada fue el 27 de diciembre, cuando anunció el cronograma de pagos de la administración pública.
El final de los 21 días
Desde 1983 la Unión Cívica Radical había gobernado la provincia de Río Negro. Elección tras elección, los peronistas habían visto frustrados sus sueños de acceder al poder provincial.
Carlos “El Gringo” Soria había llegado para quebrar esa historia.
Venía con el ímpetu de una gestión municipal de la cual se jactaba y le daba buenos dividendos políticos.
Vecinas y vecinos de Roca lo habían acompañado en cada sufragio a partir de la transformación que hizo de la ciudad.
Reunía condiciones que lo hacían destacarse, para bien y para mal: Era un hombre de acción, de gestión y de hechos.
También era autoritario, prepotente y hasta violento en muchos casos.
Hacía, recorría, supervisaba y no perdía un minuto. Era duro con sus adversarios y vehemente en sus declaraciones, que parecían salir de su boca sin moderación alguna.
Tenía las dotes de “caudillo peronista”, la experiencia de haber estado en las primeras líneas incluso de gobiernos nacionales, tenía la pinta de un actor que con sus mostachos y ojos celestes cautivaba a las vecinas, con su tono ronco y seguro para determinar el norte de las acciones políticas.
Inspiraba: A muchos, a hacer. A otros, a temer.
Su final fue tan conmocionante como su vida: Murió el primer día del año 2012. De un tiro en el rostro que disparó su esposa, Susana Freydoz, en la madrugada del 1 de enero.
Así, de golpe, terminó el gobierno de Soria
Fuente ANR