La empanada perfecta, según dos chefs patagónicos

¿Qué tienen en común el rionegrino Atahualpa Catriel y el neuquino Nahuel Sepúlveda? Ambos participarán de la tercera edición de la Fiesta de la Empanada, que se llevará a cabo mañana en la ciudad de Buenos Aires, a metros del emblemático Obelisco porteño.

Es una fiesta 100% federal que hace honor a una de las comidas más populares del país y contará con un representante de cada provincia de Argentina. Para la elección de los 24 participantes se realizó una convocatoria abierta en donde personas con experiencia profesional se anotaron para participar de la competencia.

Mañana un jurado de expertos en empanadas será el encargado de elegir al ganador o ganadora, quien evaluará la preparación de la masa, la preparación del relleno, el repulgue y la cocción en los dos tipos de empanadas que deberán presentar los concursantes: tradicional y vegetariana. También deberán realizar un desafío sorpresa.
Serán parte del jurado Pietro Sorba, periodista y crítico gastronómico; José Luis Padilla de APYCE, María del Carmen “Chacha” Vicario, campeona de la edición 2019; Asunción del Valle Arguello, campeona de la edición digital 2020; Juan Carlos Reynoso, campeón de la última Fiesta de la Empanada de Famaillá en Tucumán; y una dupla de vecinos de Tierra del Fuego de la convocatoria federal realizada por BA Participación Ciudadana.

El Ministerio de Cultura de la Ciudad programará shows musicales que tendrán al folklore como gran protagonista. Entre ellas la banda Los Tabaleros, la flautista Laura Molinas, el grupo de percusión Banda Cafundó y el rapero Under MC. El cierre de la jornada será de la mano del cantautor Jorge Rojas.

En representación de Río Negro, participará Atahualpa Catriel, de 29 años. Para él, las mejores empanadas son las que salen de la improvisación, con amigos y las que se organizan con la familia cocinadas en grasa.

“La empanada perfecta debe contener grasa en la masa y el relleno hecho unas 8 o 24 horas antes, con cebolla, sal, pimentón, que le aporta sabor y color; y deben ser fritas en grasa o al horno de cocina a leña”, dijo Atahualpa, quien cuenta con 7 años de experiencia en el mundo de la cocina y actualmente trabaja en el Arelauquen Logde.

La relación del rionegrino con las empanadas se remonta a su infancia en el campo, donde recuerda que un día antes arrancaban con el relleno. Los olores tan ricos y sabrosos, llevaban a que todos los miembros de su familia participaran del preparado. En esos rituales su madre era quien manejaba las riendas de la cocina. Su primera empanada la cocinó con su ayuda a la edad de 6 años.

Nacido en Chos Malal, Nahuel cocina profesionalmente desde hace 10 años. Aprendió de sus tías observando, sintiendo, probando y volviendo a empezar una y otra vez el hermoso ritual de cocinar en familia. De grande fue incorporando sabores hasta lucirse con las empanadas de chivito, de mote y hongo.

“La empanada debe ser armoniosa en sus sabores, con buenos aromas y con una salsa que le suba el nivel”, manifestó el neuquino al enumerar las cualidades que se deben destacar en el paladar.

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