La nueva capital que pensaba el símbolo radical se ubicaría en Viedma, en Guardia Mitre y en Carmen de Patagones, ciudades que incluso hoy son desconocidas por muchos porteños.
Por ello el 15 de abril, Alfonsín se dirigió a La Plata para enfrentar a la legislatura provincial y hacer ingresar el proyecto. Lo acompañó el gobernador Alejandro Armendariz, quien días después presionado por la oposición peronista tuvo que salir a defender parte del territorio provincial y asegurar que no iban a ceder todo el Conurbano.
Luego, en una cadena nacional, argumentó que el proyecto apuntaba a revertir un proceso histórico que destruyó las bases del federalismo.
Citó por caso a Leandro Alem para resumir las dos tendencias que dividen la Nación: una centralista y unitaria, y otra descentralizadora y democrática.
Ejemplificó así con la prosperidad lograda por países cuyas capitales no coinciden con sus centros de poder económico, en favor del federalismo. Detalló después los antecedentes históricos de Viedma y la necesidad de defender y desarrollar el área patagónica.(Noticias Net)